Lo que importa no es si son verdaderas o no, pues a fin de cuentas no concierne a nosotros mentir o desmentir lo que ocurre en el mundo. Lo que sí importa es que podamos imaginar un caso tan absurdamente creíble como esos que nos haga reír unos segundos y olvidarnos de lo mal que ha sido nuestro día.
En mi caso ha funcionado.